Una vez más nos hacemos eco de la campaña que lanza www.somosoptometristas.com, en la que nos dan un claro consejo: no debemos hacer uso de las gafas pregraduadas, y mucho menos de las gafas pregraduadas de bajo coste disponibles en todo tipo de tiendas y bazares.

Las gafas pregraduadas son gafas de cerca premontadas  o gafas de lectura prefabricadas. No son una buena solución, y menos para un uso permanente o intensivo. Solo son aceptables para casos de emergencia transitorios.

Conllevan multitud de riesgos:

  • Aumento descontrolado de la presbicia (vista cansada) y otras deficiencias visuales.
  • Aparición de lagrimeo, cefaleas, dolores de cabeza y vértigos.
  • Déficit en la concentración, malestar, irritación y fatiga visual prematura.
  • Desarrollo o aumento de patologías visuales por falta de control profesional.
  • Cansancio y bajo rendimiento visual y/o laboral.

¿Por qué los ópticos-optometristas no recomiendan su uso?

  • Se fabrican como producto de serie sin tener en cuenta las características visuales y anatómicas de cada usuario.
  • Suelen ser de muy baja calidad y durabilidad.
  • Sus lentes son simples lupas de plástico inyectado de baja calidad óptica.
  • La mayoría de las gafas pregraduadas analizadas presentan asimetrías y distorsiones.
  • La potencia de las gafas pregraduadas NO se corresponde en un 98% con la determinada por un examen visual optométrico.
  • Las gafas pregraduadas aplican solo el mismo aumento a ambos ojos. Esto puede perjudicar un ojo respecto a otro a ambos ojos.
  • Utilizan siempre un mismo centrado o alineación óptica que NO coincide con los ejes visuales centrales del usuario.
  • Valores visuales como el astigmatismo o la anisometropía NO están en las gafas pregraduadas.

Algunos datos de utilidad:

  • El 95% de personas que compran gafas pregraduadas, sin asesoramiento profesional del óptico-optometrista, las escoge con un aumento mayor del que pudiera necesitar.
  • Según la Universidad de Santiago de Compostela (USC), solo un 2% de la población presenta un defecto visual que podría ser compensado de forma muy moderada con gafas pregraduadas.
  • No existen deficiencias visuales susceptibles de ser compensadas de manera generalizada para toda la población. Por ello, su uso no es válido ni a largo ni a corto plazo para defectos refractivos comunes como es la presbicia o vista cansada.